Los nuevos televisores inteligentes denominados Smart TV se convirtieron en dispositivos que registran las actividades de los usuarios, los programas que miran, los botones que tocan y envían la información a las sedes de las marcas que al conocer los intereses de los televidentes, eligen publicidades en función de esos gustos.
Que los televisores también espían fue un descubrimiento de Jason Huntley, un especialista en tecnología residente en un pueblo cerca de la ciudad de Hull, en el Reino Unido, que se dio cuenta que su televisión inteligente de pantalla plana, colocado en su sala de estar estaba invadiendo la privacidad de su familia.
Huntley comenzó a investigar el dispositivo de marca LG que le costó 649 dólares después de darse cuenta de que su pantalla de inicio estaba mostrándole anuncios basados en los programas que él había estado viendo.
Fue entonces cuando el británico decidió controlar la información que el televisor inteligente que se conecta a Internet estaba enviando y recibiendo. Lo hizo mediante el uso de una computadora portátil como puente entre su televisor y el receptor de Internet, por lo que el portátil era capaz de mostrar todos los datos que eran obtenidos por el 'dispositivo espía'.
Pronto el informático descubrió que no solo todos los detalles de cada programa que estaba viendo, sino también sobre cada botón que pulsaba en su mando, estaban siendo enviados de nuevo a la sede corporativa de LG en Corea del Sur.
Allí, la empresa de electrónica parecía estar utilizando los datos personales de sus clientes para ganar más dinero, enviando videos promocionales de productos que potencialmente podrían parecerles interesantes.
El LG de Huntley había enviado a la sede de la compañía también el contenido de su colección privada de vídeos digitales que estaba viendo en el televisor, incluyendo filmaciones de celebraciones familiares que contenían imágenes de su esposa y sus dos hijos pequeños.
Pero lo más preocupante de toda la situación fue que el dispositivo continuó el envío de dicha información a Corea, incluso después de que Huntley ajustara la configuración predeterminada para desactivar el intercambio de datos.
El británico escribió acerca de su experiencia en su blog, después de que el caso llamase la atención de los principales medios de prensa del país, lo que obligó al gigante LG a abrir una investigación.
"La privacidad del cliente es una prioridad", afirmaron los representantes de la compañía. "Estamos investigando informes de que cierta información de visualización en televisores inteligentes LG era compartida sin su consentimiento", añadieron.
No obstante, expertos en informática destacan que la investigación de Huntley probablemente es solo la punta del iceberg. Según ellos, los nuevos televisores inteligentes que se conectan a Internet cada día entran en más hogares por todo el mundo y cada uno de ellos puede ser fácilmente 'hackeado', ya que a diferencia de las computadoras, es imposible instalarle un antivirus por la falta del 'software' necesario.
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