
Dos palabras que encierran un concepto inquietante. Ríos de tinta se han vertido en escritos y millones de kilómetros de cinta celuloide se utilizaron en películas para mostrarnos especulaciones y consecuencias ante un eventual encuentro cercano.
Y esto ha afectado a mucha gente que, cuando se habla mucho de avistamientos, hay quienes han cambiado su celular por otro que tenga una cámara más potente, para poder ir hasta allá y poder documentar el posible encuentro. En tanto que otros, con ayuda de telescopios en balcones o terrazas, comienzan a redireccionar la antena parabólica de TV o, a sintonizar la radio en otras bandas, intentando captar algún canal de frecuencia extraterrestre y poder comunicarse.
Pero dejemos a la gente extrema y veamos un caso de la gente tranqui: aquella que se produce al máximo los fines de semana a la noche y, con la mejor onda del mundo se mete en una disco.
El lugar está bueno: mucha concurrencia, buena música y luces espectaculares. Pero al acostumbrarse la visión a la penumbra del lugar, se da cuenta que la fauna del lugar no es la esperada. Si eso no es un encuentro cercano, los encuentros cercanos ¿dónde están?
JAJAJAAAA NOS INVADEN!!!!
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