En 1934 centenares de periódicos del mundo se hacían eco en sus portadas de la fotografía tomada el 19 de abril de ese mismo año por el cirujano Robert Kenneth Wilson y en la que se podía contemplar por primera vez la silueta de un monstruo que habitaba en las profundidades del lago Ness (Escocia).
La foto era trucada y todo fue tramado por Maurice Chambers a petición de Marmaduke Wetherell, que había sido contratado tiempo atrás por el diario. Su relación laboral con la publicación acabó mal y entonces comenzó a perpetrar su venganza. Wetherell quería vengarse del Daily Mail y con la ayuda de Chambers y del Dr. Wilson consiguió burlarse del diario, con un engaño que duró 60 años. En 1994 el yerno de Marmaduke Wetherell decidió contar cómo su suegro, en el lecho de muerte, le había explicado el engaño que seis décadas atrás había llevado a cabo.
En realidad la silueta del monstruo, que sobresalía del lago en la fotografía, era una escultura hecha de arcilla y colocada sobre un submarino de juguete que se sumergió en el lago Ness, después solo hubo que realizar la foto y, para dar más credibilidad al asunto, decir que había sido tomada por el cirujano inglés Robert Kenneth Wilson.
Aunque ya en 1975 estudios sobre la fotografía revelaron que era falsa, se continuó considerando como la primera prueba fehaciente de la existencia del monstruo del lago Ness, un fenómeno que atrae a cientos de miles de curiosos y turistas cada año hasta el lugar, aportando una importante inyección de beneficios económicos a la región.
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