domingo, 22 de septiembre de 2013

Los Garadiábolos

Este fraude se popularizó en la década del 70 en Puerto Rico, donde un individuo identificado como Alfredo Garamendi publicó el libro “El hombrecito de México” (1977) alegando que se trataba de "seres extraterrestres”. La prensa mundial reprodujo con profusión, la espantosa imagen de este supuesto ‘hombrecito submarino’, apresado al parecer por unos pescadores ante las costas de México.
Se trata, simplemente, de peces a los cuales les cortan las aletas para aparentar brazos, seccionan su cola en tres partes; dos de las mismas las convierten en piernas y la central en cola, se le aplasta y se le pone a secar, quedando al final viéndolo de frente, una criatura bastante fea, con colmillos y con ojos como de gato. Lo más común es que utilicen alguna de las 116 especies de Rhinobatidae, más conocidos como peces guitarra, aunque también se utilizan mantarrayas.

El negocio es considerable: aumento de turismo de gente interesada en los fenómenos paranormales que, a precio generosamente razonable, pueden adquirir su “extraterrestre” auténtico, que será orgullosamente exhibido entre amistades y creyentes de los platillos voladores. En algunos lugares del mundo preparan estos animales, como talismanes u objetos de brujería.

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